EL DIA EN QUE LA PURA Y LIMPIA SE FUE AL ROCIO

21 Nov EL DIA EN QUE LA PURA Y LIMPIA SE FUE AL ROCIO

El pasado sábado vivimos un magnífico día de Hermandad en la Peregrinación que nuestra Corporación realizó hasta el Santuario de Nuestra Señora del Rocío, que ha supuesto la mejor preparación en comunidad de los cultos en honor a la Pura y Limpia Concepción que están a punto de empezar.

A las 10 horas ya había ambiente en los alrededores de la Puerta del Príncipe, lugar emblemático para Sevilla y la mejor de las puertas para empezar un histórico día que se adivinaba histórico. Un autobús y decenas de coches partían hacia la aldea almonteña, para visitar el gran centro mariológico de Andalucía, en un entorno que acompaña al recogimiento ante la Virgen María.

A las 12, en la puerta de la ermita de Nuestra Señora del Rocío, rezamos el Ángelus como oración de nuestra Hermandad a la Pura y Limpia Cocepción y posteriormente realizamos la visita al Tesoro de la Hermandad Matriz, en el que además de descubrir los  bellos e importantes enseres que tiene la Virgen del Rocío en su ajuar, también recibimos la importancia que ha tenido La Rocina con el paso de los años hasta convertirse en el núcleo devocional mariano más importante de nuestra tierra. La transformación que ha tenido la Aldea del Rocío es íntimamente proporcional con la dimensión del amor hacia la Virgen, pudiendo disfrutar de numerosas piezas, exvotos, enseres que el pueblo, no solo de Almonte, ha regalado a María Santísima y un muy recomendable audiovisual, dirigido por D. Carlos Colón y narrado por D. Antonio Garcia Barbeito, ambos sevillanos y pregoneros de nuestra Semana Santa, que te empapa de la verdad del Rocío.

Como centro de nuestra peregrinación, a las 13 horas, celebramos Santa Misa a los pies de la Virgen del Rocío, compartiendo eucaristía con cientos de devotos a la Virgen que abarrotaban los bancos y naves del templo. La Hermandad de la Pura y Limpia recibía el Santo Sacramento de la Eucaristía en aquel Santuario de fe, al que nos une San Juan Pablo II, como nexo de amor a María.

Tras una multitudinaria celebración eucarística, ya solo quedaba un almuerzo de confraternización en la Aldea del Rocío, el acto más profano de cuantos se habían planeado y que sin embargo  se convirtió en un hermoso día de campo, en familia, con un ambiente de verdadera hermandad y con la alegría de haber concluido con una cita memorable para la Hermandad.

Que nos sirva este hermoso encuentro, como la mejor preparación a los cultos que empezamos esta misma semana, demos gracias a la Virgen por lo vivido, acompañémosla en sus días, a la par que guardemos el recuerdo histórico de «EL DÍA EN QUE LA PURA Y LIMPIA SE FUE AL ROCíO».