SIEMPRE POR MARÍA. CRÓNICA Y GALERÍA DE LA EXALTACIÓN MARIANA

30 May SIEMPRE POR MARÍA. CRÓNICA Y GALERÍA DE LA EXALTACIÓN MARIANA

Sevilla no solo ostenta el título de Mariana en el escudo de la Ciudad, no es un papel ni un recuerdo, no solo es mero fruto de los vivos sentimientos de quienes formamos parte de ella, sino que va en su propio ADN. Sevilla no es nada sin María y un año más quedó patente en la Exaltación que cada año organiza la Hermandad de la Pura y Limpia, por y para la ciudad. Así hemos vivido una nueva edición, ofreciendo nuestro trabajo y esfuerzo a la Santísima Virgen con amor filial.

La jornada no empezó con los mejores augurios, ya que fuertes chaparrones hicieron replantear sobre la marcha el altar planteado por la Priostía de la Hermandad, ubicando el mismo bajo los soportales de la Plaza del Cabildo para poder comenzar el montaje, con un resultado verdaderamente brillante.

NHD. Julio Cuesta nos introdujo en situación, con sus bellas palabras hacia nuestra Sagrada Titular y a Sevilla, con una muy destacada presentación del exaltador de este año, D. José Ignacio del Rey Tirado, quien con un texto de bella pluma, cargado de compromiso cristiano, sevillanía y amor a la Santísima Virgen cumplió con excelencia la difícil encomienda que le había encargado la Junta de Gobierno de conmemorar el carácter mariano de nuestra ciudad, rindiéndole esta ofrenda literaria a la Pura y Limpia del Postigo.

Con gran asistencia de público, que completó el  aforo que se había dispuesto, el Sr. del Rey desgranó sentimientos de amor verdadero hacia la Virgen Santísima, recibiendo el agradecimiento de la Hermandad y de todos los congregados en una cita ineludible entre Maria y Sevilla.

Allí, sobre sus hombros y con el Arenal por testigo, nuestra Amantísima Titular regresó a su coqueta Capillita del Postigo del Aceite a sones de la Banda de Música de María Santísima de la Victoria (Las Cigarreras), que había abandonado momentáneamente para dejar que Sevilla renovara su necesario compromiso de fidelidad y amor.

Se culminó el acto con una extensa copa celebrada en nuestra pequeña Casa de Hermandad, que hicieron grande sus numerosos asistentes con las muestras de cariño y de afecto de quienes nos acompañaron en este broche final, con el mejor de los ambientes, fraternidad y unión en María Santísima.

Un nuevo día, otro más, para sentirse orgullosos de pertenecer a esta Hermandad de la Pura y Limpia, con la sencillez que siempre lleva a gala nuestra Corporación, pero con la fortuna de poder despedir, de forma tan hermosa, el mes de María. Siempre por María.